miércoles, 28 de julio de 2010

La muerte de las ideas

Si bien no podemos concreta dónde y cuándo nace una idea o un pensamiento innovador, sí que podemos determinar con bastante claridad cuándo envejecen y mueren; a saber, cuando estos son asumidos como tema de estudio de las Ciencias Sociales.

A lo largo de la Historia, algunas manifestaciones artísticas o políticas han adquirido cierto poder de transformación social, normalmente, en contra de los Sistemas establecidos. Como método de defensa, las Ciencias Sociales (Historia, Filosofía, Sociología, etc.) asumen que hay “suficientes” rasgos comunes entre ellas para agruparlas dentro de un “-ismo” y estudiarlas como una “corriente sociocultural” (Surrealismo, Dadaísmo, Socialismo, Anarquismo, etc.).

Se trata de un método subconsciente de integración de los ataques al Sistema. Como crítica académica, aquellas ideas que podrían estremecer algún aspecto de la vida real se convierten en aburridas bibliografías que se imparten en las aburridas clases de las aburridas Universidades. Estos temas se tratan entonces con la serenidad digna de los académicos, muy lejos de la agitación que los inspiraron.

Por último, hemos de tener en cuenta que aunque lleva cierto tiempo enfriar suficientemente las ideas para asumirlas de nuevo dentro del Sistema como crítica, este mecanismo funciona continuamente y en el presente cada vez más rápido. Nótense las extensas bibliografías que surgen casi simultáneamente al surgimiento de los nuevos movimientos contraculturales como Mayo del 68, los Hippies o la Antiglobalización que intentan definirlos, delimitarlos y por lo tanto convertirlos en inofensivas ideologías.

Pedro Tudela

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